lunes, 9 de septiembre de 2013

Y los sueños....

El sueño es la actividad humana más desconocida y difícilmente explicaba por la ciencia que conocemos hoy en día. ¿Por qué soñamos? ¿Cuál es su finalidad? Actualmente no hay respuesta posible a estas dos preguntas. Sabemos que el cuerpo humano necesita dormir para recargar las baterías que nos mueven pero, de momento, la ciencia falla a la hora de buscar una explicación o un motivo al porque soñamos.

Podemos tener una idea, más o menos clara, que el sueño es una herramienta poderosa pero igualmente incontrolable o casi. Sabemos o creemos saber que los sueños, por lo general, transmiten un mensaje o por lo menos les solemos dar una interpretación pero esto no quiere decir que realmente signifiquen eso.

La ciencia nos dice que los sueños están generados en nuestro cerebro y que es este el que les da forma. Entonces los supuestos mensajes de los sueños seria la forma que tiene nuestro cerebro o nuestro subconsciente de comunicarse con nosotros y como no existe un lenguaje especifico lo transmite con imágenes o recuerdos que nos son conocidos.

Pero y ¿si el origen de los sueños no estuviera en nuestro cerebro? y ¿si hubiera una realidad alternativa, llamémosla onírica o cuántica, a la que solo accedemos mientras soñamos? Sería algo así como el mundo en el que durante siglos han entrado los shamanes de diferentes partes del mundo mientras se encontraban en trance.

Si damos por cierto esta última hipótesis, nos encontraríamos a que los diferentes tipos de sueño encuentran una explicación. Los sueños premonitorios tendrían sentido si en esta otra realidad el tiempo no transcurriera de la misma forma que en la nuestra. Los sueños lúcidos, donde el soñador es capaz de controlar ciertos aspectos del sueño y esto lo puede hacer porque es consciente de que está soñando, serian fácilmente explicables.

El tema de los sueños es algo sumamente complejo y que seguramente cada uno tendría una teoría propia e igualmente valida que la mía. Personalmente me gusta más la explicación menos científica, por lo menos hasta la fecha, porque estoy seguro que en un futuro, espero que no muy lejano, habrá una ciencia que explique, enseñe y controle los sueños.
Prefiero creer que cuando soñamos entramos en un mundo diferente y totalmente desconocido hasta la fecha. Pero cuando alguien lo ha expresado de forma inmejorable e insuperable, solo queda recordar sus palabras y reflexionar sobre ellas.  

“Con frecuencia me he preguntado si el común de los mortales se habrá parado alguna vez a considerar la enorme importancia de ciertos sueños, así como a pensar acerca del oscuro mundo al que pertenecen. Aunque la mayoría de nuestras visiones nocturnas resultan quizás poco más que débiles y fantásticos reflejos de nuestras experiencias de vigilia –a pesar de Freud y su pueril simbolismo -, existen no obstante algunos sueños cuyo carácter etéreo y no mundano no permite una interpretación ordinaria, y cuyos efectos vagamente excitantes  e inquietantes sugieren posibles ojeadas fugaces a una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, aunque separada de esta por una barrera infranqueable. Mi experiencia no permite dudar que el hombre al perder su conciencia terrena, se ve de hecho albergado en otra vida incorpórea, de naturaleza distinta y alejada de la existencia que conocemos, y de la que solo los recuerdos más leves y difusos se conservan tras el despertar. De estas memorias turbias y fragmentarias es mucho lo que podemos deducir, aun cuando probar bien poco. Podemos suponer que en la vida onírica, la materia y la vida, tal como se conocen tales cosas en la tierra no resultan necesariamente constantes, y que el tiempo y el espacio no existen tal como lo entienden nuestros cuerpos de vigilia. A veces creo que esta vida menos material es nuestra existencia real, y que nuestra vana estancia sobre el globo terráqueo resulta en sí misma un fenómeno secundario o meramente virtual.”
Más allá del muro del sueño. H.P. Lovecraft


Incluso el hombre de Corazón puro, 

que reza al hacerse oscuro, 
puede convertirse en lobo.
Cuando el Matalobos florece
y la luna de Otoño crece.

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